1. El pulgar es el más cercano a ti.
Así que empieza orando por quienes están más cerca de ti.
Son las personas más fáciles de recordar. Rezar por nuestros seres queridos es
una "dulce obligación".
2. El siguiente dedo es el índice.
Reza por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye
a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y
sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre
presentes en tus oraciones.
3. El siguiente dedo es el más alto.
Nos recuerda a nuestros líderes. Reza por el presidente,
los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los
destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública. Necesitan la guía de
Dios.
4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular.
Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil,
como te lo puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos rezar por
los más débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades.
Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que reces
por ellos. También debe invitarnos a rezar por los matrimonios.
5. Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de
todos los dedos.
Que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como
dice la Biblia, "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe
recordarte rezar por ti. Cuando ya hayas rezado por los otros cuatro grupos,
verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás rezar mejor por
las tuyas.
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